Morpho azul

La belleza de la Morpho captura la atención de todos los que alguna vez la han visto. Todos soñamos con que se pose sobre nuestro hombro, aunque sea un segundo. Suficiente para que el recuerdo de su aleteo nos acompañe de por vida.

La exuberancia de su vuelo altera los vientos, la armonía de sus movimientos nos hipnotiza sin esfuerzo. Sólo podemos sonreír por la fortuna de presenciar la danza perfecta de un ser mágico.

Pero la Morpho no sólo es belleza y exuberancia, también fue crisálida, también fue frágil y estuvo a punto de perecer muchas veces. Ni ella misma se sentía bella y fuerte. Como si la belleza fuera sinónimo de fragilidad. Nada más errado.

Su belleza es la forma más visible de su poder, no en vano son Venus y Afrodita, son cambio y alegría. Han sobrevivido a todo y cada batalla ganada las ha hecho más fuertes y más únicas.

Sus colores metálicos hechizan, pero es su fuerza la que enamora. Su capacidad de superar la adversidad sin dejar de brillar. Su esencia alada y generosa.

Si algún día te encuentras con una oruga de Morpho, marrón y modesta, ten la seguridad de que sus alas se abrirán pronto, brillarán como nunca y volará tan alto, que jamás podrás olvidar el privilegio que tuviste por haber compartido un instante de tu vida con ella.