Universos paralelos

Se te puede caer el mundo encima, puedes tener todos los problemas imaginables, puedes estar al borde del abismo; pero cuando empieza a rodar el balón, todo desaparece.

Es un universo paralelo, tu mente deja de lado cualquier preocupación, y te concentras en cómo vas a controlar el siguiente balón o cómo vas a evitar la marca y salir libre de la presión más férrea.

Y si te sale un túnel, un tiro libre al ángulo o un cierre impecable, digno de un aplauso, los dos universos se detienen, y vives un instante de silencio perfecto sólo para ti antes del grito de la tribuna y el aplauso de tus compañeros.

Qué difícil es volver al mundo real, quitarse los guayos y pensar en las cuentas sin pagar y los líos sin resolver.

Si me preguntan, elijo el mundo del fútbol. Bienaventurados aquellos que hicieron del fútbol su oficio. A los demás, sólo nos queda aplaudirlos frente al TV, y contar los días para que llegue nuestra hora, la hora de calzarnos los guayos y pisar el césped firme de nuestro universo paralelo.